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No es la primera vez que hablamos sobre los continuos asaltos que sufren los transportistas, algo que sin duda agrava aún más la delicada situación por la que está atravesando el sector.

Los transportistas cada dí­a además de tener que enfrentarse a los riesgos que conlleva su actividad y los peligros de la carretera, además se tienen que enfrentar a los muchos delicuentes que inundan las carreteras para intentar hacerse con su carga, utilizando la violencia en muchos casos para conseguir su objetivo.

Para hacernos una idea de la preocupante situación que se está viviendo, según un estudio publicado por Europol, en el año 2006 y sólo en las carreteras de la Comunitat Valenciana, se sufrieron 439 robos a camiones, de los que la gran mayorí­a, 334, fueron con fuerza y los 105 restantes con violencia.

Algo realmente preocupante que revela el estudio de Europol es que «las organizaciones criminales están actuando de forma más violenta en términos de ataques fí­sicos a los conductores profesionales».

Pero además del gran peligro fí­sico al que se enfrentan los transportistas en muchos casos también se tienen que hacer cargo de las consecuencias económicas de los asaltos que padecen. Según explica Javier Gmero, presidente de Transcat (Asociación de Autopatronos del Transporte de Contenedores de Valencia), «Si te roban la mercancí­a del contenedor, el autónomo tiene que pagar al transitario y éste al cliente el importe de la carga sustraí­da, pese a que tenga seguro de robo». «Posteriormente, será el seguro el que cubra este gasto, pero a lo mejor tiene que esperar todo un año». Ello conlleva que si el importe de lo robado es muy elevado y el transportista lo tiene que adelantar de su bolsillo, «muchos se arruinan al no poder hacer frente a este desembolso inicial».

Ante esta situación no es de extrañar que se pida más seguridad para los transportistas en las áreas de servicio y que Fenadismer pida una unidad de vigilancia especí­fica dentro de la Guardia Civil para velar por la seguridad de los transportistas y de su carga.

Fuente: Levante